Alejandro I de Rusia y Napoleón Bonaparte
Alejandro I y Napoleón – el baile de los poderosos
Los oponentes
Napoleón
Es fácil que supongamos que los orígenes de Napoleón Bonaparte bastante humildes por cierto alimentaron su ambición y sed de poder. Debía llegar a la cima a como diera lugar. Como todo narcisista no consideraba que nadie lo mereciera más. Supo sobrevivir y crecer en los turbulentos años posteriores a la caída de los Borbones. Primero enarboló los ideales de la revolucion francesa para justificar sus conquistas. De primer consul a consul vitalicio.
Encuentro de Alejandro I y Napoleón en Tilsin, Prusia, en 1807
Muchos en el mundo admiraban al general corzo como el hombre que instalaría los preceptos del siglo de las luces en Europa y sus colonias. Pensaban que su venida siendo un hombre que conocía las penalidades del pueblo llano y estando imbuido de los ideales de la Revolución francesca de "egalite, fraternite et liberté", desterraría la injusticia y la desigualdad en el continente.
Napoleón I, el emperador de Francia
Ludwig van Beethoven fue uno de ellos, llegó hasta dedicarle una sinfonía (la Heróica).
Pero se decepcionó en 1804 cuando Napoleón develó su verdadero rostro y se coronó el mismo emperador de Francia. Como un político moderno nombró a sus hermanos y generales: reyes o príncipes de esto o lo otro. Estableció el código llamado napoleónico en su nuevo imperio perfumando al continente con algunos slogans de libertad e igualdad.
En algunos casos las intenciones no fueron malas solo esbozos. En la práctica no cambió en mucho la situación en los países conquistados los cuales permanecieron siendo rehenes de la bota francesa. Los liberales europeos se desilusionaron y para el pueblo llano nunca dejaron de ser usurpadores tratando de imponer su voluntad y su cultura a sangre y fuego.
Tanto Alejandro como su padre Pablo I coquetearon con Napoleón, Pablo estaba obnubilado por la figura del genio militar y sus conquistas. Para Alejandro al principio la atracción fue la mezcla entre el estadista y el soldado. Luego se dejó llevar por el flautista de Hamelin. Napoleón sabía cómo endulzar los oídos. Pero no se puede convivir con un narcisista que quiere todo para sí sin aceptar estar en segundo o tercer plano o en ninguno, lo que Alejandro no podía consentir ya que como autócrata su poder devenía directamente de Dios.
En cambio, el autoproclamado emperador de Francia lo había conseguido imponiendo su voluntad y derramando sangre. Una postura diametralmente opuesta a la de los europeos que terminaron postrándose ante Napoleón sin disparar un tiro.
Luis Antonio de Borbón-Condé duque de Enghien, retrato
La idea del zar de que el recién estrenado emperador era "el mayor tirano que el mundo ha conocido" terminó de cuajar con la ejecución del duque de Enghien acusado de conspirar contra Napoleón. Hasta el dia de hoy todas las pruebas demuestran que era inocente.
Habiendo escuchado sobre un complot realista para asesinarlo, y convencido de que el joven (31 años) Luis Antonio Enrique de Borbón-Condé duque de Enghien formaba parte de este, Napoleón dispuso su captura. Lo arrestaron la noche del 15 al 16 de marzo de 1804 en el territorio alemán, llevaron primero a Estrasburgo, después encerraron en el Castillo de Vincennes. Un consejo de guerra compuesto por siete coroneles lo condenó a muerte. Fue fusilado el 21 de marzo y su cuerpo fue arrojado a una fosa a los pies del Pabellón de la Reina.
Ejecución del duque de Enghien
Esta muerte horrorizó a Europa. Luego vino la desaparición de la republica. De consul electo a consul vitalicio y después emperador.
León Tolstoi escribió en su novela “Guera y Paz” : “Después del asesinato del duque incluso hasta los más acérrimos admiradores de Bonaparte dejaron de verlo como un héroe. Después de lo acaecido, había un mártir más en el cielo y un héroe menos en la tierra.”
Alejandro podría haber coqueteado con el francés por un tiempo pero como le dijo a un ministro ya no lo engañaría más. Era un diablo muy astuto que sabía cómo conquistar con su encanto, con su astucia o con su bota. El zar ya había aprendido a no escuchar los cantos de sirenas. Sólo existía espacio para uno y el zar había sido ungido por Dios.
Para ese entonces los períodos de misticismo eran cada vez mayores. Se convertiría el adalid que acabaría con la tiranía gala. Los oponentes estaban ya subidos en el ring. En este lado del cuadrilátero el ungido por Dios, este otro el representante de Satán.
Rusia formó una coalición con los reinos invadidos y con Inglaterra para hacer morder el polvo a Napoleón I de Francia
DESEA TOMAR POR ESPOSO.....NO, NO QUIERO!
Napoleón Buonaparte, retrato
El emperador francés tenía algunos atributos. No era tan mal parecido, aunque de corta estatura con una incipiente calvicie y con una barriguita que se le escapaba de la chaqueta military. Un donjuan a todas luces que sabía como encantar al sexo femenino. Una de las mentes tácticas más brillantes del firmamento, pero no tenía lustre ni alta alcurnia. Para la élite europea, a pesar de pertenecer a la pequeña aristocracia terrateniente, su sangre era igual de roja que la de cualquier labriego de su diminuta Córcega. Siempre sería un advenedizo, un nuevo rico por así decirlo, enquistado entre las egregias casas gobernantes del continente.
Josefina, primera esposa de Napoleón Buonaparte, retrato
Tampoco su esposa Josefina le había dado hijos. Solo dolores de cabeza por sus infidelidades. Nobleza obliga a decir que eso era mutuo. Pero ya se sabe que cuando el hombre es la víctima vale dos veces el agravio. Un imperio sin un hijo legítimo a quien heredarle se destruiría como ocurrió con el que conquistó Alejandro el Grande y que terminó desmembrado.
Ekaterina Pavlovna, hermana menor de Alejandro I
Nunca sabremos totalmente como de todas las princesas casaderas eligió primero a una de las hermanas del zar ruso: apodada Catiche. La persona que Alejandro mas amo en este mundo y algunos dicen que la única. Quizás fue porque al principio existió cierto viso de afinidad con él, aunque en términos del emperador francés el zar de todas las Rusias era todas las luces un sibilino oriental. Además una alianza de ese tipo evitaría por un tiempo una guerra en dos frentes, teniendo la retaguardia asegurada: Rusia.
Ana Pavlovna, hermana menor de Alejandro I
La casa Romanov se estremeció. La emperatriz madre Maria Fedorovna puso el grito en el cielo. Luego cuando se le dio una excusa diplomática, diciéndole que la gran duquesa ya estaba prometida, Napoleón no se inmutó y eligió a la mas pequeña de las princesas, Ana Pavlovna. La zarina madre se apresuró a encontrar un esposo adecuado para su otra hija.
Pero no se puede herir el ego de la persona más poderosa de Europa sin sufrir las consecuencias. Napoleón apresuró sus planes de agregar a Rusia a su colección de trofeos. Esto no significa que fuese la causa principal ni mucho menos ya que sería simplificar demasiado las verdaderas razones.políticas, económicas y tácticas que llevaron a los hechos que se sucederían a continuación y que concluirían con la invasión de Rusia.
María Luisa de Austria, segunda esposa de Napoleón
Al final Napoleón terminaría casándose con la hija de Francisco, emperador de Austria, la archiduquesa Maria Luisa. Una de las máximas más importantes de la casa Habsburg rezaba "Tu felix Austria, nube"(¡no combatas, casate!) Esa maravillosa lógica los llevó a poseer uno de los imperios más vastos sin derramar una gota de sangre amiga o enemiga.
El hijo de ambos, el duque de Reichstadt, título que le concedió su abuelo materno, el aguilucho para los seguidores de Napoleón, terminó muriendo de tuberculosis vigilado de cerca y olvidado por su madre, en Viena en 1832. Tenía 21 años y dejó este mundo sin descendencia. Bueno, quizás decir eso no sería tan exacto ya que para algunos historiadores fue el verdadero padre del hermano menor de Francisco José I de Austria - Maximiliano emperador de México...
La guerra 1812 – 1814: al final la Grand Armée marcharía al son de la obertura “1812” de Tchaikovsky (compuesta en 1880 para conmemorar la derrota de Napoleon)
"Después de un fracaso, los planes mejor elaborados parecen absurdos..."
Fedor Dostoievski
El Napoleón que ordenó la invasión no era el mismo teniente que se puso a las órdenes de la República francesa. Era más sabio y más experimentado, por supuesto, pero se sentía peligrosamente confiado de su infabilidad y poderio. Su gente estaba cansada de años de guerra sin tregua. Además tenía que lidiar con un gran dolor de cabeza: España. El país que consideró más fácil de sojuzgar. Un gran error de cálculo ya que olvidó o menospreció la ojeriza de los españoles a dejarse gobernar por extranjeros. No olvidemos lo que pasó con Carlos I el nieto de los reyes católicos y la revuelta de los comuneros. La guerra de guerrillas y la voluntad inquebrantable del pueblo llano español tenía en jaque a su hermano José flamante rey de la península. Además estaba el bloqueo continental ejercido por los ingleses. Por último mantener pacificados los territorios ya conquistados y gobernados por miembros títeres de su familia insumía tropas y dinero.
La Grand Armée de Napoleón
En junio de 1812 un ejército de aproximadamente 691.500 soldados, formado en su mayoría por franceses y una pequeña parte por hombres de los países europeos conquistados, el más grande jamás visto hasta ese momento cruzó la frontera rusa. Si bien estaban correctamente equipados y las líneas de suministros funcionaban, estaban entrando en un territorio desconocido. La vastedad del país y su clima seria algunos de sus peores enemigos.
La otra, su enorme desconocimiento del alma rusa, de su capacidad de resistencia y el amor incondicional por su tierra y su cultura. Fallaría como falló en España pero de peor manera.
La idea de enfrentar a los rusos en desventaja numérica y de armamento en una sola batalla decisiva como quien descabeza un muñeco nunca se realizó.Tuvo que enfrentar escaramuzas y una tierra desolada. Luego batallas menores que lo fueron desangrando lentamente como perseguido por una jauría de mastines y luego el golpe de gracia ayudado por "El general Invierno".
Napoleón en Moscú 1812
Por cuestiones tácticas decidió tomar Moscú primero, el corazón de Rusia, para amedrentar a Alejandro y obligarlo a rendirse. Un golpe de gracia y voila! tendría al oso ruso en la bolsa. Sin pérdida de tiempo, dinero y tropas...
Encontró la ciudad vacía y devorada por las llamas. Un desolado y furioso Neron vestido con uniforme de gala contemplando las lenguas anaranjadas abriéndose paso y devorando todo. Como si a los rusos no les importara nada perder su amada ciudad y sus posesiones...
Esperó y esperó a los embajadores del zar pero estos nunca llegaron
" -Yo y la nación a cuya cabeza tengo el honor de encontrarme estamos decididos a perseverar y a enterrarnos en las ruinas del imperio antes de transigir con el Atila moderno- "
Napoleón solo podía escuchar el sonido de los saqueos, los disparos, los gritos y los edificios derrumbándose.
Después todo fue cenizas y desolación. Un magnífico retrato de esta época está reflejado en la novela "La guerra y la paz" surgida de la genialidad de Leon Tolstoi. Al final Napoleón con la cola entre las patas no le quedó otra alternativa que ordenar la retirada. No podía seguir jugando al antón pirulero con sus enemigos sin correr el riesgo de descuidar sus negocios en Europa. Atormentado además del mariscal Mikhail Kutúzov y su ejército por una implacable guerra de guerrillas la Grand Armée iba dejando su rastro en el suelo ruso.
Napoleón en Rusia – las cosas van fatal
Mojones de cadáveres de hombres, bestias y pertrechos. El general Invierno acompañado del coronel Tierra Quemada tampoco les daba un respiro atormentándoles día y noche. Muchos murieron de hambre y frío. Otros desertaron. Algunos de ellos permanecieron en Rusia buscando una nueva vida.Otros soldados pertenecientes a los territorios conquistados por Napoleón se pasarían al bando de los rusos. Solo un ejército desmoralizado y harapiento de 58.000 regreso a Francia.
La estrella del emperador galo había completado su transformación en supernova. Otro lucero iluminaba el firmamento: la del zar Alejandro I de Rusia...
La Santa Alianza - No podemos reinar los dos al mismo tiempo.
Alejandro entró en París acompañado por su rutilante tropa de cosacos el 31 de marzo de 1814 prometiendo que no trataría a Francia como un país vencido. Palabra que cumpliópero a su vez se olvidó de muchas promesas del pasado con respecto a su pueblo. El nieto de Catalinala Grande estaba completando su rotación de 180 grados.
Napoleón vencido y abandonado por la mayoría de sus generales abdicó en nombre de su hijo el 4 de abril. Pero el “aguilucho” terminó recluido y la corona francesa regresó a manos de los Borbones.
Para ese entonces el zar ruso de 37 años estaba en la plenitud de su fama ante los ojos de los demás. Para Alejandro la gloria no habia puesto paños fríos a su torturada alma. Se dio cuenta que no importaba lo alto que pudiera llegar con sus ejércitos y cuanto brillara ante sus pares, por la noche compartía el lecho con las culpas y los fantasmas. Lo seguían, no importa lo que hiciese y a donde fuera, ya sea en los campos de batalla o en los resplandecientes salones.
Napoleón los restos de su ejército huyendo de Rusia
El "comamos y bebamos que mañana moriremos" ya no le daba un minuto de quietud. Comenzó a pesar cada vez con más fuerza que Dios le había encomendado la tarea de salvar a la humanidad de la tiranía. Por fin había caído el velo de sus cansados ojos... Que fácil es a veces confundirse pensando que se enarbola la bandera de la razon.la justicia y la libertad. La vida en blanco o negro. El desatino de la mayoría de nosotros que solo puede verla en dos colores como una vieja película de Hollywood con la certeza absoluta de ser dueños de la verdad. Ciegos ya que en la vida todo son tonalidades de gris. Napoleón había sido derrotado pero ahora vislumbraba otro enemigo en el horizonte.
“Todo el mundo necesita un enemigo, los países,los sistemas, cada uno de nosotros. Si no existiese el enemigo hay que inventarlo es una figura imprescindible, un antagonista que nos permite definir nuestra identidad y medir nuestro sistema de valores"- decía sabiamente Umberto Ecco.
Para esa época Alejandro conoció a una pseudo profetisa llamada Barbara von Kruderer venida de Riga, quien quería formar un nuevo mundo donde el pueblo elegido esperaría la segunda venida del salvador. Ella fue quien influenció de alguna manera a Alejandro, según se dice, para que formara una unión con las demás testas coronadas de Europa para restablecer el antiguo orden existente antes de la revolución francesa. Idea que realmente no era monopolizada por el zar ya que el kaiser austriaco y su canciller Von Metternich pensaban igual. Debían actuar rápido si pretendían permanecer en su tronos.
Pero para Alejandro esta idea era mucho más que eso, pensaba que el cambio era un enemigo de Dios. ¿Donde quedaba el siglo de las luces que le inculcaron de niño? Quizás para un soberano de esa época lo más parecido a la libertad era un despotismo ilustrado - "gobernar para el pueblo pero sin el pueblo".
El ejército ruso entrando en Paris
Alejandro fue más radical. En Rusia todo permanecería igual: Dios, patria y zar.Nombrada "Santa Alianza", establecía la firme resolución de restaurar el poder, que los soberanos detentaban por decisión del Creador. El pastor y su rebaño de ovejas obedientes. "Siempre unidos y vigilantes en contra de los liberales, los republicanos y los ateos" - fue declarado y firmado mientras las diferentes comitivas se entregaban a todo placer y el lujo que la bella y sofisticada Viena les podía ofrecer.
En la cresta de la ola de las aventuras galantes estaba el hermoso Apolo ruso. Según un observador de la época "las mujeres literalmente se le tiraban encima" A Alejandro también le gustaba coquetear con lo prohibido aunque se limitara a un amor platónico. “Der Kongress tanz” (“el congreso baila”) cita una vieja película austriaca. La felicidad de regresar al antiguo orden. Una ilusión,un espejismo. No habría vuelta atrás, los pueblos conservaron en la memoria los ideales de la Revolución francesa. Para la oficialidad rusa la visión de una Europa de derechos, sin siervos y con relativa libertad de prensa se grabarían a fuego en su retina. Alemania, Austria, Francia gozaban de ellas. España teniendo un gobierno absolutista a la cabeza del impresentable don Fernando VII, era más liberal que su patria.
¿Que pasaría con la amada patria? que pasaría con Rusia? El hermano de Alejandro, el zar Nicolas I comenzaría a lidiar con esas ideas pocos años después. Un río que se abría paso rugiendo entre los escollos y que terminaria desbordándose y arrastrando todo a su paso en 1917. ¿Pero qué pasó con la Baronesa von Kruderer? Terminó expulsada por desequilibrada de Europa fundando una colonia con sus tan locos seguidores en Crimea. Para ese entonces Alejandro se había distanciado de ella, quien se autodenominaba "la mayor consejera der zar" donde fuera y a quien le prestara la oreja. Había traicionado la confianza de la esfinge del norte...
