Emperatriz Ana Ioanovna

Emperatriz Ana Ioanovna - retrato
Los Romanov – Historia de la dinastía
Emperatriz Ana Ioanovna
Hija del medio hermano de Pedro el Grande -el zar Iván V-, ascendió al trono luego que muriera Pedro II (nieto de Pedro el Grande), tras un breve reinado dominado por las intrigas de la corte. La elección recayó sobre ella ya que era lo más conveniente para el consejo de boyardos (representantes de la vieja aristocracia rusa) que buscaba a alguien que pudiera ser manipulado con facilidad. Pero fue un gobierno autocrático que no merece mucha mención.
Ana pasó a la Historia más por su fealdad, carácter violento y aberrante, sus excesos y por su favorito alemán que gobernó en su nombre. Tenía una troupe de gente pequeña, con tara físicas y mentales para entretenerla, a los que sometía a toda clase de bromas grotescas, vejaciones y maltrato físico. Uno de sus entretenimientos era organizar los concursos de enanos durante los cuales, los pobres diablos eran lanzados contra una pared en medio de grandes risotadas como si fuera una especie de lanzamiento de discos. Tenía una ojeriza particular por su prima Isabel, hija de Pedro el Grande, ya que ésta era hermosa y joven. La llamada "Venus rusa" fue relegada a vivir lejos de la corte sin cumplir ningún papel significativo temiendo sufrir la ira de la zarina en cualquier momento y terminar en un calabozo o peor todavía … ejecutada.
Como Ana no tenía descendencia nombró sucesor a su sobrino nieto, el futuro Iván VI. Quería asegurarse de que nadie de la estirpe de Pedro el Grande ascendiera al trono ruso. Pero el destino le jugó en contra. Como Iván era un niño de meses, se nombró regentes primero al favorito de Ana y luego a su madre (sobrina de Ana) quien era mitad alemana, casada con un príncipe alemán y para colmo de males se rodearon de un entorno de extranjeros. El gran descontento popular, alimentó la revuelta y le abrió el camino a Isabel, que se hizo emperatriz en el 1741 tras un golpe palaciego.