Palacio Anichkov

Palacio Anichkov - aspecto historico
Situado entre la avenida Nevski y el río Fontanka (afluente del Neva) a pasos de uno de los puentes más hermosos de San Petersburgo - el Anichkov - se encuentra un magnífico palacio en el cual se reúnen una mezcla de estilos arquitectónicos.
Inicialmente fue un regalo de la emperatriz Isabel (hija de Pedro el Grande) para su amante y probable marido en secreto, Aleksei Razumoski, un pastor de cabras cosaco que le quitó la respiración a Isabel cuando lo vio por primera vez, cantado para ella en un coro.
A veces las historias de amor se repiten, su padre el zar Pedro el Grande terminó casándose con la madre de Isabel que era una sirvienta analfabeta. Se cuenta que a la zarina Isabel, amante de los placeres y los lujos extremos, le gustó tanto la familia campesina de su amante que los convirtió en una de las más ricas y poderosas de Rusia.
Catalina la Grande - su sucesora en el trono ruso - hizo varias reformas al palacio en estilo neoclasicista ya que entre las muchas cosas que odiaba de Isabel estaba su gusto por estilo barroco, y se lo regaló a su amante más importante, el príncipe Potiomkin.

Palacio Anichkov - aspecto moderno
A partir de allí, el edificio pasó por varias manos hasta que lo ocupó Alejandro III cuando era zarevich (heredero al trono) con su familia. Sus hijos - entre ellos el futuro zar Nicolás II - pasaron una infancia muy feliz jugando en sus jardines. El gusto de los últimos Romanov por las habitaciones confortables, acogedoras y cálidas - más apropiadas para una familia de la burguesía inglesa -, dejaba atónitos a los visitantes que eran admitidos en su intimidad. ¡Cómo la familia dueña de un sexto del globo terráqueo podía vivir de esa manera!
Allí se casó Irina Alexandrovna - la sobrina del zar Nicolás II - con el príncipe Yusupov, el cerebro del complot para asesinar a Rasputin. Su última dueña fue la esposa de Alejandro III, la emperatriz viuda María Fedorovna, la cual sobrevivió a la revolución para ver a sus dos hijos varones y nietos, asesinados por los bolcheviques. En 1906 Nicolás, Alexandra y sus hijos, se mudaron a vivir definitivamente en el Palacio de Alejandro en Tsarkoye Selo (hoy Pushkin) y lo redecoraron en ese estilo.
Actualmente el palacio está cerrado al público por un largo período debido a extensas reparaciones. La visita al palacio Anichkov les brinda una doble oportunidad para quienes aman la historia de los zares: la parte arquitectónica y los hermosos jardines. Al recorrer los salones uno puede hacerse a la idea de cómo eran realmente los últimos Romanov, cuya figura se nos desdibuja, ya que se los ha rodeado de tantos mitos y misterios, que nos hacen perder de vista que también eran seres humanos con pasiones, sueños, temores, tristezas, alegrías y padecimientos.

Escalera de gala

Escena en el vestibulo

Interior historico

Interior historico

Panorama con famoso puente de caballos