Iván VI

Los Romanov.
Iván VI - La versión rusa de "El hombre de la máscara de hierro"

Iván VI conocido también como Iván (Ioann) Antonovich, era nieto por línea materna del zar Iván V -medio hermano del Pedro el Grande-. Podría decirse que su único pecado fue nacer en el lugar y en el momento equivocado.

Víctima de una ambición desmedida y de la sed de poder sin escrúpulos desapareció de la historia de un plumazo. Como si nunca hubiera existido.

Fue nombrado sucesor por su tía abuela la emperatriz Ana Ioanovna al momento de su nacimiento, ya que no tenía hijos propios, en detrimento de Isabel, hija de Pedro el Grande a quien detestaba. El pobre niño contaba con algunos meses de edad cuando murió la zarina Ana. Entonces Rusia, pasó a tener a un lactante como soberano. Debido a ello fueron nombrados como regentes: primero el amante alemán de la zarina anterior ya fallecida y luego su madre que también se volvió impopular rápidamente debido a su comportamiento displicente, desconocimiento de la cultura rusa y su inexperiencia en los asuntos de Estado. Agregado a un hecho no menor: era mitad alemana y además estaba casada con un príncipe germano. Esta hegemonía "prusiana" no era del agrado de muchos.

Fue el momento preciso que Isabel había estado esperando durante años para que se encendiera la mecha de una nueva revuelta que la catapultara al poder que había ansiado durante años. Para los rusos en general y para el ejército en particular, era aceptar el gobierno de unos extranjeros o bien tener por zarina a la hija de Pedro el Grande. La decisión final que se tomó era más que obvia.

Una de las primeras órdenes de Isabel como zarina fue enviar a Iván un bebe de brazos y a sus padres de un lugar apartado a otro, fuertemente custodiados. Encarcelados de por vida en condiciones muy precarias nacieron cuatro hijos más. En el parto de su último hijo Alexei, la madre de Iván murió con 28 años de edad en 1746. Cuentan que la zarina Isabel envió un médico para asistirla aunque fue totalmente imposible ayudarla ya que los años de cautiverio habían minado su salud. Fue enterrada en San Petersburgo por orden de Isabel, quien lloró en su funeral. Su marido falleció en 1774 dejando a los hermanos de Iván solos; quienes vivieron en cautiverio hasta su muerte sin que el mundo supiera absolutamente nada de su existencia hasta muchos años después.

En cuanto a lo que pasó con Iván, su suerte se asemeja a la novela de Alejandro Dumas. Separado de su familia cuando tenía 2 años de edad e internado en una fortaleza en la isla llamada Shlisselburg a 34 kilómetros de San Petersburgo, aislado de todo y de todos. Confinado a una mazmorra y tratado como un animal rabioso. Su vida transcurrió entre la soledad más absoluta y la oscuridad. Medio muerto de hambre, rodeado de alimañas y suciedad. Privado de la calidez de la luz del sol, del azul del cielo y de todo contacto humano, terminó convirtiéndose en un despojo carente de todo entendimiento.

Cuando murió Isabel y Catalina la Grande ascendió al trono tras un golpe de estado orquestado por ella contra su marido ordenó que, si alguien se atrevía a tratar de liberar al prisionero, éste debía ser ejecutado en el acto. Su temor era lógico porque ella no tenía ni una sola gota de sangre Romanov. Era una princesa alemana que formaba parte de la dinastía por casamiento. Para algunos era una " usurpadora" sin derecho a gobernar que además había participado de la conspiración que dio muerte a su marido el zar Pedro III (nieto de Pedro el Grande y sobrino de Isabel). Para colmo de males existían rumores de que su único hijo -el futuro zar Pablo- era en realidad hijo de uno de sus amantes. En cambio, Iván tenía sangre imperial y algunos memoriosos se preguntaban qué había sido de él y de su familia. Según fuentes históricas tanto el asesinado Pedro III como Catalina tiempo después -ya siendo zarina- visitaron al prisionero sin nombre llegando a la misma conclusión: se había convertido en un “vegetal”. Pero constituía un “vegetal” peligroso si caía en las manos equivocadas por lo cual dejaron que continuara pudriéndose en su agujero.

En la medianoche del 5 de julio de 1764 un teniente llamado Vasili Mirovich -junto con otros militares- intentó liberar a Iván. Cuando lograron llegar hasta su celda lo encontraron boca abajo asesinado de múltiples puñaladas. Tenía 24 años. Ahora, cómo llegó a su conocimiento la identidad del prisionero es un misterio sin descifrar. ¿Era Mirovich un patriota? ¿O bien quizás fue otra maquinación de Catalina II que movía los hilos desde la oscuridad para asegurar su poder? Los conspiradores fueron ajusticiados con el uso del “spitsruten” que consiste en que los prisioneros deben pasar por una doble fila de soldados con garrotes. Imposible sobrevivir a un castigo tan cruel y efectivo. El círculo se había cerrado en forma definitiva.

Iván VI -zar de todas las Rusias- fue enterrado en una fosa común en la fortaleza de Shlisselburg donde vivió la mayor parte de su espantosa vida. No en la Fortaleza de Pedro y Pablo como el resto de los miembros de su familia. Sepultado en una tumba sin nombre tal como como había vivido siendo "nadie"...