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Teatro Mariinsky

El teatro más famoso de San Petersburgo – Teatro Mariinsky

Es el teatro más importante de San Petersburgo y uno de dos más famosos de Rusia (junto con el Teatro Bolshoy en Moscú).

Situado en el centro de San Petetrsburgo, en la plaza que lleva el nombre Teatral, fue construido entre los años 1859 y 1860 por el proyecto del arquitecto Alberto Cavos en el lugar del antiguo Teatro Grande de madera (fundado en el 1783 por la orden de la emperatriz Catalina la Grande) que sufrió un incendio. Lleva ese nombre en honor de la esposa del zar Alejandro II (abuelo del último zar) María Alexandrovna, pore so se llama Mariinsky (de María). En los años de la URSS se le llamaba con el nombre del político comunista Kirov y perdió parte de su importancia al mudarse el gobierno a la capital Moscú. Por suerte, desde la caída del régimen recobró el nombre de Mariinsky y su brillo de antaño.

Es un edificio magnífico cuyo lujoso interior conserva su diseño original. Se puede ver el palco imperial desde donde los Romanov presenciaban los espectáculos, el fabuloso telón creado en el año 1914 por el famoso pintor Golovin, los candelabros, espejos y las pinturas magistrales del techo.

Mariinsky

Era sede del ballet y la ópera imperial. Este teatro fue testigo del estreno de las óperas y ballets más importantes de la cultura rusa durante la época del imperio. Por su escenario pasaron genios de la talla de Shalapin, Pavlova, Kschessinska y más actuales como Rudof Nureev, Mikhail Baryshnikov, Maya Plisetskaya, Uliana Lopatkina, Diana Vishneva, Anna Netrebko.

La historia del Ballet Mariinsky está estrechamente ligada a la del arte coreográfico ruso, que comenzó hace más de dos siglos y medio.

Seguimos las etapas del desarrollo de la danza en Rusia. Es pura verdad que el emperador Pedro el Grande fue el primero en dar el impulso a este arte cuando introdujo la danza social como un medio de propaganda para su política de occidentalización. Después resuktó fácil hacer el paso breve de la danza de corte a la danza de teatro. La emperatriz Ana Ioanovna, el 4 de mayo del 1738 fundó la Academia de baile (que todavía existe y lleva el nombre de la Academia de ballet clasico ruso Vaganova), y confió la dirección al francés Landé; su descendiente en el trono, la emperatriz Isabel hija de Pedro el Grande puso su confianza en el austriaco Hilferding y Catalina la Grande, en el francés Le Picq, discípulo de Noverre y de Angelini.

Los historiadores de ballet reconocen que el carácter y el ambiente rusos transformaron el ballet importado por estos maestros extranjeros, porque ya existía entre los ricos nobles la tradición de instruir en la danza compañías de bailarines reclutados entre sus siervos a los cuales se debe el hecho de que perdurase vivo el carácter folklórico y viril de la danza autóctona. El realismo innato del carácter campesino impidió, en efecto, al ballet romántico ruso, degenerar en el decadentismo como había ocurrido en Europa.

Grandes bailarines y bailarinas europeos se exhibieron en los teatros de San Petersburgo y cosecharon éxitos, honores y riquezas, aunque en un corto plazo creció una generación de bailarinas rusas entre los cuales se distinguieron Istómina, Andreyanova (quein danzó Giselle, en el ballet del mismo nombre poco tiempo después de su creació), Danílova (quien lamentablemente murió de amor por el bailarín francés Duport) y otras.

Mariinsky

Pero tres extranjeros impusieron su personalidad a la danza rusa en formación: Marius Petipa (1822-1910), francés de Marsella, el sueco Christian Johannsen (1817-1903) y el italiano Enrico Cecchetti (1850-1928), llamado «el padre del ballet moderno). Ellos dieron orígen a una escuela que, según la frase corrientemente repetida, unió la gracia y la exactitud francesa con la agilidad y la destreza italiana, transformadas por el temperamento y el físico ruso.

Marius Petipa, hijo de bailarines, destacó como un bailarín, coreógrafo y pedagogo de ballet. Siendo francés, llegó a Rusia, aquí radicó, se casó y trabajó 60 años en el Ballet Imperial de San Petersburgo haciendose el renovador del estilo. Se considera que con él se terminóa la época del ballet romantic y se inauguró la del grand ballet ruso. Desde el 1847 cuando asumió la dirección del Teatro, hasta su muerte, ocurrida en 1910, fue prácticamente el director del ballet Imperial Ruso, creando 46 originales y 17 nuevas versiones de ballets pertenecientes al repertorio de otros coreógrafos. Los mas famosos hechos con la música de Tchaikowsky son El lago de los cisnes, La bella durmiente, El Cascanueces, La Bayadera. Entre sus obras destacadas se cuentan también Don Quijote, Paquita así como las tardías pero eficaces partituras de Glasunov como Raymonda, Las cuatro estaciones y Astucias de Amor.

En el cambio de siglos el Ballet Mariinsky formó a estrellas como Anna Pavlova, Mathilde Kschessinka, Tamara Karsavina, Olga Preobrazhenskaya, Olga Spesivtseva, Vaslav Nijinsky o Sergei Legat. Varios de ellos aportaron gloria al ballet ruso en las legendarias "Saisons Russes" de París, que dieron a conocer en Europa creaciones de Mikhail Fokine. Los primeros años tras la Revolución fueron difíciles para el Mariinsky: casi todos los principales artistas abandonaron la compañía. Pese a ello, la tradición del repertorio clásico fue mantenida a lo largo de esos años. En 1922 Fyodor Lopukhov, un innovador que conocía muy bien el pasado, pasó a dirigir la compañía, enriqueciendo su repertorio con nuevas producciones, en particular con ballets cuya acción transcurría en el presente. Galina Ulanova, Alexei Yermolayev, Marina Semenova y Vakhtang Chabukiani bailaron con el Mariinsky durante ese período.

Mariinsky

En la época soviética, después del asesinato de Serguei Kirov, el Teatro Mariinskiy fue renombrado como Ballet Kirov y tuvo que esperar casi 60 años, hasta la caida de comunismo, para retomar su nombre original. Durante los años 30 el Ballet recibió intensa influencia del teatro dramático, lo que queda reflejado en títulos como La fuente de Bakhchisarai de Rostislav Zakhar, El corazón de las colinas de Chabukiani o Romeo y Julieta de Leonid Lavrovsky. Los años 60 vieron nuevas coreografías como Espartaco y Miniaturas coreográficas de Leonid Jacobson, y ballets que revivían la tradición de las danzas sinfónicas: La flor de piedra y La leyenda del amor de Yury Grigorovich, La costa de la esperanza y La Sinfonía Leningrado de Igor Belsky. El éxito de todas estas obras hubiera sido imposible sin el concurso de grandes intérpretes: entre los años 50 y 70 bailaron en el Mariinsky Irina Kolpakova, Natalia Makarova, Alla Osipenko, Irina Gensler, Alla Sizova, Rudolf Nureyev, Mikhail Baryshnikov, Valery Panov, Yuri Solovyev y Anatoly Sapogov. La sílfide y Napoli de August Bournonville se sumaron al repertorio a fines de los 70, así como fragmentos de antiguas coreografías de Perrot, Saint-Léon y Coralli. Roland Petit y Maurice Béjart trabajaron un tiempo para el Mariinsky, la Tudor Foundation donó los derechos para los ballets Lilac Garden y Leaves are Fading y Jerome Robbins escenificó en el Mariinsky In the Night.

El repertorio actual del Mariinsky incluye el legado de Petipa (El lago de los cisnes, El corsario, La bayadera, La bella durmiente, Don Quijote) y títulos de George Balanchine, John Neumeier y William Forsythe. Desde 2001 el Teatro Mariinsky acoge el Festival Internacional de Ballet Mariinsky llamado también el “Festival de Las Estrellas de noches blancas” dado que se celebra en mayo - junio, que invita a los más prestigiosos solistas de todo el mundo. Otro Festival muy famoso de Mariinskiy es el Festival de ópera y música coral “Pascua” (marzo-abril).

Ver un espectáculo en el Mariinsky es una experiencia increíble que nunca se olvida aunque uno no sea un fanático del ballet o de la ópera. Por cierto es la única manera de conocer por dentro este bello edificio con tanta historia ya que actualmente no resulta factible organizar visitas guiadas. Las entradas no son tan costosas como en otros teatros europeos de la misma importancia. El precio de una entrada en las buenas localidades en el Mariinsky es de 90-135 euro, pero para unos estrenos, festivales o espectáculo con participación de estrellas de opera o ballet de nivel mundial los precios pueden subir hasta 150 – 200 euro.

En el año 2006 fue inaugurado el edificio de tal llamada Sala de Conciertos de Teatro Mariinskiy, en el 2014, despues de casi 15 años de obra, fue inaugurado el Edificio Nuevo del Teatro Mariinskiy, conocido también como Mariinsky - II, con la sala teatral para 2000 espectadores y acústica que hace envidiar los mejores teatros del mundo y ahora los dos, junto con el viejo Mariinski – I de 1860, forman un complejo teatral de gran envergadura, que permita ampliar el tamaño de la compañía de ópera y ballet. Suelen decir que el “imprerio” de maestro Valery Gergiev (asi se llama el director vigente del teatro Mariinskiy), cuenta con tres excelentes edificios teatrales lo que permite al conjunto dar hasta 1000 espectáculos anualmente.

Sin duda, el Ballet Mariinski, afiliado al Teatro Mariinski en San Petersburgo, es una de las más famosas compañías de ballet de la historia.

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